El arte no es un espejo para reflejar la realidad, sino un martillo para darle forma. El arte, cuando es bueno, es siempre entretenimiento. Si la gente quiere ver sólo las cosas que pueden entender, no tendrían que ir al teatro: tendrían que ir al baño (Bertolt Brecht)
domingo, 19 de agosto de 2012
ANFITRIÓN
 En el marco de los Veranos de la Villa se presenta en Madrid Anfitrión 
de Plauto que ya se represento en el Festival de Mérida. Para empezar la
 ubicación elegida en los Jardines de Sabatini deja bastante que desear,
 porque durante toda la representación estas disfrutando del ruido de 
los autobuses y demás coches que circulan por los alrededores del 
Palacio, incluidas sirenas de vehículos de emergencia, afortunadamente 
no son demasiados en pleno mes de agosto en Madrid. Para continuar las 
entradas son muy caras con lo cual, al menos el día que yo fui, la parte
 delantera practicamente esta vacía, salvo las invitaciones pertinentes,
 con lo que da un aspecto un poco frío, y para terminar lo mas 
importante, la obra propiamente dicha. En principio y según reza en el 
programa, tal y como esta la cosa no podemos prescindir del humor, cosa 
con la que estoy completamente de acuerdo, por eso me decidí a asistir a
 esta representación, lastima que todo se quedara en buenas intenciones,
 ni la obra resulta tan provocadora como nos prometen, ni consiguen 
arrancarte una sonrisa, con un elenco a priori, de sobrado prestigio, lo
 único que ves es gente hablando muy alto y moviéndose muy deprisa por 
el escenario, acompañados de repetitivos efectos sonoros, con un textos 
que repite una y otra vez las mismas escenas que ya has visto. Quizás la
 historia es demasiado corta para hora y media de representación, o 
quizás la adaptación no esta muy lograda, con algunos guiños a la 
actualidad metidos con calzador, o quizás simplemente sea que hacer reír
 no siempre resulte fácil por mucho empeño que uno ponga. Menos mal que 
no hacia demasiado calor.
En el marco de los Veranos de la Villa se presenta en Madrid Anfitrión 
de Plauto que ya se represento en el Festival de Mérida. Para empezar la
 ubicación elegida en los Jardines de Sabatini deja bastante que desear,
 porque durante toda la representación estas disfrutando del ruido de 
los autobuses y demás coches que circulan por los alrededores del 
Palacio, incluidas sirenas de vehículos de emergencia, afortunadamente 
no son demasiados en pleno mes de agosto en Madrid. Para continuar las 
entradas son muy caras con lo cual, al menos el día que yo fui, la parte
 delantera practicamente esta vacía, salvo las invitaciones pertinentes,
 con lo que da un aspecto un poco frío, y para terminar lo mas 
importante, la obra propiamente dicha. En principio y según reza en el 
programa, tal y como esta la cosa no podemos prescindir del humor, cosa 
con la que estoy completamente de acuerdo, por eso me decidí a asistir a
 esta representación, lastima que todo se quedara en buenas intenciones,
 ni la obra resulta tan provocadora como nos prometen, ni consiguen 
arrancarte una sonrisa, con un elenco a priori, de sobrado prestigio, lo
 único que ves es gente hablando muy alto y moviéndose muy deprisa por 
el escenario, acompañados de repetitivos efectos sonoros, con un textos 
que repite una y otra vez las mismas escenas que ya has visto. Quizás la
 historia es demasiado corta para hora y media de representación, o 
quizás la adaptación no esta muy lograda, con algunos guiños a la 
actualidad metidos con calzador, o quizás simplemente sea que hacer reír
 no siempre resulte fácil por mucho empeño que uno ponga. Menos mal que 
no hacia demasiado calor.
  
