La obra es un monologo interpretado por Elena Rayos, que en todo momento esta acompañada en escena por Isabel Zamora, que la va arropando con su música y dialogando con ella para que pueda continuar en los momentos mas duros, y que muestra desde el principio la fuerza y resolución de una joven que a lo largo de la obra nos mostrara el sufrimiento y el desgarro que la guerra va dejando en todos, y que comienza con esta declaración de intenciones "Necesito andar sola. No espero nada. No es hora de pensar, sino de hacer". 
 En un escenario practicamente vacío, sobre un pequeño circulo dibujado en el suelo, que delimita un espacio muy intimo y que la protagonista va rodeando con pequeñas figuras de papel que van poblando su narración, y una maleta que nos hace tener una sensación de huida hacia delante, de huida del horror y el dolor que lo impregna todo, encontramos a la protagonista, Elena Rayos que hace un trabajo expectacular.
En un escenario practicamente vacío, sobre un pequeño circulo dibujado en el suelo, que delimita un espacio muy intimo y que la protagonista va rodeando con pequeñas figuras de papel que van poblando su narración, y una maleta que nos hace tener una sensación de huida hacia delante, de huida del horror y el dolor que lo impregna todo, encontramos a la protagonista, Elena Rayos que hace un trabajo expectacular. 
Elena nos hace disfrutar de un maravilloso texto y consigue hacernos sentir toda la angustia de la guerra, con toda la muerte y la destrucción que la acompañan, la perdida no solo de lo físico sino también de lo intimo, de lo personal, y todo con una pasión y una ternura que te conmueven, que te llegan al alma, sin duda esta inmensa. 
Un fantástico alegato sobre el sinsentido de las guerras y sus nefastas consecuencias, de la mano de una gran compañía de teatro (Nao d'amores), en una sala intima y acogedora (Kubik Fabrik) que siempre apuesta por buenos textos, un conjunto irresistible para disfrutar de una gran velada teatral. 
