Tras dejar la dirección del Teatro Español, Mario Gas vuelve a dirigir una obra de teatro en Madrid en este caso en los Teatros del Canal, se trata de la obra de Rodolf Sirera El veneno del teatro, una historia inquietante sobre las relaciones de poder y la dominación, donde se tratan también otros temas como por ejemplo distintas formas de entender la interpretación en el teatro. La puesta en escena me parece interesante, la escenografía mínima pero suficiente para ambientarnos con un fondo practicamente oscuro y un gran foco a modo de linterna gigante que centra la atención en la acción que se nos muestra, el vestuario impecable. En cuanto a los actores tanto Miguel Ángel Solá (que resulta de lo mas inquietante) como Daniel Freire (excepto en el momento final que se le escapa un poco de las manos) están estupendos y hacen que merezca la pena pasarse por el teatro. Sin embargo, aunque el conjunto es bastante redondo hay algo que te deja un poco fría, quizá sea que resulta demasiado previsible el final y eso le quita un poco de tensión, o tal vez que el espacio no acompañe demasiado (no solo por que los Teatros del Canal resulten muy incómodos) y seria mucho mas apropiada una sala mas pequeña que acercara mas la acción. En todo caso resulta interesante y me alegro enormemente de poder disfrutar de nuevo del buen hacer de Mario Gas al que los aficionados al teatro añoramos enormente cuando vemos ahora la programación del Teatro Español bagando sin rumbo definido.