Continua la XXXIII edición del Festival de Otoño a Primavera en los Teatros del Canal y en esta ocasión lo hace con una obra escrita y dirigida por Pablo Remón y que sube a las tablas la compañía La_Abducción.
40 años de paz cuenta la historia de una familia franquista desde la muerte de Franco hasta el momento actual. La familia formada por la madre y sus tres hijos forman una curioso grupo marcado por la muerte del padre, un militar franquista, ahogado en la piscina el 23 de febrero de 1981. Los cuatro miembros de la familia toman el sol alrededor de una piscina deteriorada y sucia de una casa solariega en un caluroso y monótono día de verano en la inmensa meseta castellana. Cada uno de los protagonistas va tomando la palabra para ir narrando desde su ángulo particular los hechos que han ido marcando su existencia, las drogas, la maternidad, los fracasos laborales de unos, los éxitos de otros, el peso de los años y las circunstancias que los han marcado a todos. Cada uno es protagonista de su historia y ayuda a narrar la de los demás.
Con una maravillosa escenografía, que representa el jardín de esa casa solariega con piscina que sin duda a vivido tiempos mejores, una hermosa iluminación y una estupenda ambientación sonora, podemos disfrutar de cuatro fantásticos actores. Ana Alonso es la hija, una actriz que no pasa por su mejor momento ni profesional (ha dejado la interpretación y esta bloqueado en su intento de escribir un guión), ni personal (intenta tener un hijo con el hombre que acaba de abandonarla y se siente muy presionada por el paso del tiempo). Fernanda Orazi es la madre que ve pasar el tiempo y como todo lo que la rodea se va desmoronando, incluidas las vidas de sus hijos pero es incapaz de hacer nada al respecto. Francisco Reyes es el hijo mayor, encarna a la perfección el espíritu del padre, es un abogado experto en fusiones de grandes empresas, triunfador y adicto al trabajo, felizmente casado, padre de tres hijos, que mantiene una relación extraconyugal con una socia junior del bufete. Emilio Tomé es el hijo pequeño, poeta y homosexual, ha tocado fondo después de su adicción a las drogas, de vuelta al hogar familiar, le despierta un día la voz de su padre muerto, que se le presenta con todo su porte castrense y le hace una peculiar petición que le obsesionara y dará lugar a que se desarrolle toda la trama.
La obra se estructura como una sucesión de pequeñas historias que componen en conjunto la historia de la familia, una historia compuesta de pequeños dramas salpicados de notas de humor y teñidos por la melancolía de los tiempos pasados (y perdidos). Los cuatro actores están fabulosos componiendo las piezas de este puzzle que son sus vidas y que se van ensamblando ante nosostros desvelando sus frustraciones y sus deseos mas intimos.