
La representación esta muy bien ambientada con una radio donde suena lo que podría ser la emisora vaticana, y llena de detalles como el cáliz donde el padre Lucio toma el vino, las obleas que toma de aperitivo o su actitud ante su visitante, dejándola con la palabra en la boca sin disculparse si quiera cuando sale a buscar una simple regadera, o haciéndola salir a ella a buscar una silla si quiere sentarse durante las reuniones, sin olvidar lo bien coreografiado que esta el final al ritmo de un partido de fútbol que se escucha de fondo. Todo avanza sin prisa pero sin pausa, con el punto de misterio y de tensión perfecto en cada momento, en este duelo entre la moral y la conveniencia, midiéndolo todo en términos económicos, y donde queda patente el poder que ostenta la iglesia a pesar de ser un país teóricamente laico, porque ya lo dice el padre Lucio "lo que ha unido Dios que no lo separe el seguro".
Los actores están impecables, Iván Villanueva, el padre Lucio, esta perfecto le da a su personaje un toque autoritario, muy meticuloso, por momentos un poco incomodo, pero con un cierto aire de simpatía; y Rosa Mariscal, Ester, esta magnifica, muy seria en su faceta de agente de seguros y muy natural en los momentos que sale de su papel de profesional y se enfrenta al dilema moral que tienen entre manos.
Un lujo de función, dura, interesante y emocionante que sin duda no dejara indiferente a nadie.