Se trata de un texto de David Ives, donde se habla del juego de la seducción con el sadomasoquismo como marco. Diego del Pino (Diego Martín) es un escritor y director que ha adaptado "La Venus de las pieles" novela de 1870 de Leopold von Sacher-Masoch para la que busca protagonista. Hasta el momento, todas las actrices que han acudido al castin, le han decepcionado. Cuando se dispone a irse irrumpe en su despacho Vanda (Clara Lago), una joven actriz desbordante de energía, que curiosamente se llama igual que la protagonista de la obra y que tras mucho insistir consigue que le haga una prueba. A partir de aquí se destaparan los deseos mas ocultos de ambos y se establece un juego entre los dos donde se van definiendo los roles de cada uno, saltando de la realidad a la ficción.
David Serrano apuesta por una puesta en escena sencilla donde cede todo el protagonismo a los dos actores, además resulta muy original al comienzo de la obra que se aproveche la luz natural que se cuela por las ventanas del Matadero.
En cuanto a los protagonistas Clara Lago esta estupenda, primero como una joven alocada e incluso un poco simplona, que acabara revelándose como una mujer poderosa capaz de imponerse, que también pasa por momentos en los que se siente al borde de la destrucción personal. En cuanto a Diego Martín también esta fantástico, en un papel sin duda mucho menos lucido que el de su compañera, pero al que sabe sacarle todo el jugo, primero como el director un poco prepotente que no consigue encontrar a la protagonista que busca, para después mostrar su parte mas vulnerable cuando encuentra a la mujer que desea.
Yo solo le pondría una pega, en la recta final, cuando ya se han definido los roles de los dos personajes, hay un momento donde parece alargarse artificialmente la obra y se pierde un poco del fantástico ritmo que llevaba hasta entonces, aunque sin duda esto no le quita interés al conjunto, que sigue resultando una buena experiencia teatral.