Debido a la crisis la comisaria del 48 de la calle Huertas se ve obligada a tomar medidas poco ortodoxas para hacer frente a la falta de dinero. El comisario Torres subarrenda dos espacios de la comisaria, uno a una profesora de danza y el otro a una hipnóloga. Todos van llevando la convivencia lo mejor que pueden hasta que en uno de los numerosos cortes de luz que sufre la comisaria, por falta de pago, se escucha un grito que pondrá todo patas arriba, bueno, mas de lo que esta. Por primera vez en La Pensión de las Pulgas la trama se desarrolla en las tres salas a la vez, y lo hace con una precisión de relojero. El publico dividido en tres grupos va conociendo la historia partiendo unos de la sala de baile, otros de la consulta de la hipnotista y el resto desde el despacho del propio comisario. Es muy divertido vivir la misma situación desde distintos puntos de vista a la vez que vamos conociendo a los peculiares personajes que conviven en el mismo espacio por exigencias económicas.
El texto de Denise Despeyroux es maravilloso, tiene humor, sarcasmo, sentimientos y un sinfín de situaciones disparatadas (¿o no tanto?) que hacen que resulte interesante además de muy divertida. El reparto esta fantástico, todos muy naturales haciendo creíble esta historia tan subrealista, desde los policías que se hacinan en un solo despacho: Agustín Bellusci el comisario Torres, Fernando Nigro el inspector Bermúdez, Font García el oficial Figueroa y Sara Torres la oficial Mónaco, pasando por la consulta de la hipnosis: Victoria Facio la hipnotista Elvira Campoamor y Juan Vinuesa que da vida a Mario Caballero, sin olvidar la academia de baile con Marta Rubio Bárbara la profesora de danza y algunos de sus alumnos Carmela Lloret que da vida a Mía y Joan Carles Suau como Hugo.