

Emilia Pardo Bazan escribe no solo una fantástica historia de amor, sino todo un alegato del derecho a escoger de las mujeres, y lo hace a través del personaje de Asís Taboada (María Adánez), una marquesa gallega viuda afincada en Madrid. Con el sol, como metáfora del amor, como elemento siempre presente, marcando los sentimiento y la pasión de esta mujer, que lucha por conquistar un espacio de libertad en el que disfrutar de sus deseos e ilusiones fuera de ese clima axfisiante en el que se mueve la aristocracia, marcada por las tradiciones y el conservadurismos.
Esta versión de Pedro Villora que dirige con destreza Luis Luque, con un movimiento escénico impecable, mantiene un ritmo ágil, desde la tertulia inicial hasta alcanzar el climax final, pasando por momentos festivos, nos permiten vivir la lucha de esta mujer por ser libre y romper moldes.
Los protagonistas, seres de carne y hueso, que laten bajo el sol, todos muy bien interpretados, están encabezados por María Adánez (Asís Taboada) maravillosa y llena de elegancia, a la que acompañan en escena Pepa Rus, fantástica desdoblándose en un trio de personajes (Duquesa de Sahagún/Ángela/Ventura) y demostrando que es capaz de sacar adelante con mucho arte lo que haga falta, José Manuel Poga (Diego Pacheco), muy fresco y natural, borda el papel de joven tenorio y por último Chema León (Gabriel Pardo) estupendo tan cordial, liberal y un poco paternalista al principio y que nos descubre su carácter reaccionario, su despecho y todo su sarcasmo cuando es rechazado. Hermosa obra de amores que abrasan y que se puede disfrutar en el teatro María Guerrero.