"Mi relación con la comida" es un lúcido manifiesto artístico y un visionario diagnóstico de "la mentira de España". Examinada por el poder, la autora traza un riquísimo y estremecedor panorama social y desde las tripas vitales, entrega un panóptico del "España na bien", la de la larga y no superada dictadura fascista, la del poder económico aliado con el religioso, de la vida cotidiana de los pobres y empobrecidos, de la especulación y las estafas del consumismo, el arribismo, la "culturalidad" y el hambre.
Se trata de un texto de Angélica Liddell ganador del premio SGAE de teatro 2004 que dirigen Esperanza Pedreño e Isidro Paterna y que se puede disfrutar en el Teatro Galileo. La puesta en escena despoja el escenario de cualquier elemento que pueda distraer, tan solo una gran pelota roja y una tiza con la que ir escribiendo en el suelo las ideas que se irán desarrollando a medida que avance la obra, impecables la música y la iluminación y sugerente el sencillo vestido que lleva la Pedreño y que se va transformando a medida que ella juega con el actuando también a modo de escenografía.
"¿Es necesario que como con usted? ¿en ese lugar? ¿es absolutamente necesario? ¿es necesario para mi obra?, lo siento... No puedo comer con usted en ese lugar. Me da vergüenza." Así comienza Esperanza Pedreño, que esta soberbia haciendo suyo este descarnado monologo, un largo poema doloroso cargado de sinceridad y contundencia. Los temas se suceden, la inmigración, la comida, el hambre, la cultura burguesa, el arte como entretenimiento banal, la apariencia, el rechazo, el asco y la supervivencia en una obra desgarrada donde se disecciona esta sociedad inmoral que se alimenta de la pobreza y del hambre. Mi relación con la comida es un acto de rebeldía que no busca la complacencia fácil, es un monologo lucido lanzado a bocajarro que pretende implicar al publico y hacer que seamos conscientes de que formamos parte de todo lo que nos cuenta, un impacto directo que consigue sobrecogernos.
Impresionante Esperanza Pedreño dominando con maestría este certero y salvaje texto imprescindible. Muy recomendable.
"Lo siento. No puedo. No puedo comer en ese lugar... No puedo comer junto a esa gente. Van demasiado limpios y su ropa es demasiado nueva. Me dan asco. El mismo asco que yo le doy a un africano. Los zapatos de esa gente son demasiado caros... Yo merezco el escupitajo del africano. Yo merezco el odio del africano. Yo merezco el odio del pobre. Y la gentuza que come dos platos y postre en ese lugar merece mi odio.