Después de casi un mes sin teatro, que mejor que el Festival de Mérida y el Brujo para quitarse el mono, en una noche muy agradable de temperatura, pude disfrutar de un maravilloso espectáculo, La Odisea de Homero en la particular versión de El Brujo, un autentico aedo que nos narra el particular viaje de retorno de Ulises a Itaca, acabada la guerra de Troya y que se prolonga diez años en el tiempo. En el escenario, que en esta ocasión se ha acercado al publico, (cosa que se agradece mucho), esta acompañado de tres magníficos músicos, El Brujo aprovecha esta historia para comparar como eran las cosas
entonces y como son ahora, y establece un paralelismo entre
acontecimientos y personajes que nos hacen ver que en realidad los seres
humanos somos siempre los mismos y tropezamos siempre en las mismas
piedras, por supuesto todo narrado de una forma muy hermosa y con gran
sentido del humor, como todo lo que hace. No se si es por haber sido monaguillo, como el dice, pero desde luego sabe llevarte de un momento cargado de poesía, donde estas casi sin respirar para no perderte una coma, a otro donde te estas riendo como un loco de la actualidad mas candente en un abrir y cerrar de ojos, nunca una tragedia griega fue tan divertida.
Maravillosa experiencia altamente recomendable, incluido por supuesto el intermedio y sus anécdotas, parte imprescindible en un espectáculo de El Brujo, yo al menos echaría de menos al cura de su pueblo, y a los monjes de Silos.