Juan Diego se sube al escenario del Teatro Bellas Artes para deleitarnos con un texto de Juan José Millás, se presenta como un viejo profesor que se dirige a un auditorio para dar una conferencia sobre la lengua, pero eso solo es una disculpa para un hombre cuya vida ha estado dedicado al lenguaje nos cuente como influyen las palabras en el desarrollo de todos nosotros, y de como en la actualidad nos están robando el mundo que conocemos, y en el que nos sentíamos seguros, a través precisamente, de la perversión malintencionada del lenguaje.
El texto es maravilloso, poético, directo e inteligente como no podía ser de otra manera siendo de Juan José Millás, de la que me confieso una gran admiradora desde hace muchos años, me encanta lo claro que habla siempre.
En cuanto a Juan Diego, esta impresionante, llena el escenario, solo, con la única compañía de una mesa y una silla, nos presenta un personaje tierno, entre despistado y desengañado por todo lo que esta pasando a nuestro alrededor, que llega al corazón, y consigue que todo el patio de butacas aguante la respiración emocionado, porque al menos yo me sentí totalmente identificada con sus apasionadas palabras. Es una autentica gozada.