martes, 30 de junio de 2015

ANTÍGONA
Dentro del proyecto del Teatro de la Ciudad encontramos esta versión de Antígona.
Escribe Miguel del Arco en el programa de mano "Creonte y Antígona. Tío y sobrina. Una muchacha enfrentada a la máxima representación del estado. Un momento de desequilibrio en el que un ser humano "debe aferrarse de la manera más estrecha a sí mismo", atenerse a su identidad con la máxima firmeza. Ni Antigona ni Creonte pueden ceder sin falsear su ser esencial. Ambos tienen razón... Ambos creen tenerla. Los dos obcecados en sus respectivo discurso. Sordos en los extremos... Los demás, sobrecogidos, al comprobar "cuan horriblemente fácil es que el ser humano quede reducido a menos de lo que es o transportado a más de lo que es, pues ambos movimientos son igualmente fatales para su identidad y su progreso". 
Miguel del Arco que se encarga de versionar y dirigir Antígona el texto de Sófocles. Una función redonda, plena de energía y completamente emocionante, que gracias a la coreografía de Antonio Ruz fluye sin pausas con todos los actores moviéndose con un solo ritmo, como si de un solo corazón se tratara, envueltos en una atmósfera impregnada por la guerra y los conflictos que de ella se derivan y de la que nada ni nadie parece poder escapar. 
El escenario despojado de cualquier elemento que pudiera molestar a la acción, tan solo coronado por una gran esfera, que tan pronto es la tierra como es la luna, para acabar haciendo las veces de poética prisión de Antigona, en uno de los momentos mas impresionantes del espectáculo. 
Los actores, en grupo, todos rigurosamente vestidos de oscuro, componen un coro unas veces angustiado y otras burlón, que como una marea constante va acompañando la acción hasta su desenlace final. La obra comienza con Polinices (Santi Marín), ya muerto, pidiéndole a Antigona que le de sepultura "..no dejes mi cuerpo insepulto". Antigona (Manuela Paso), que arrastra el estigma de ser la hija de Edipo, esta magnifica encarnando a una mujer obstinada en la determinación de cumplir su objetivo, convencida de la justicia del mismo, o al menos de su necesidad personal por que como le dice en un momento a su hermana "¿que paz encontraremos tú y yo si obedecemos?". Manuela que compone un personaje sobrio y contenido, nos deja un momento memorable cuando elevada por el coro, como volando hacia la muerte, se entrega por completo a su trágico final. Frente a ella esta Creonte interpretada en esta ocasión por Carmen Machi, rey (distante y hermética) y madre (humana y totalmente entregada), absorbida por su deber como gobernante e inmersa en un mar de contradicciones que acaban por avocarle a perder lo que mas quiere. Inmensa en su duelo con Antigona y conmovedora en el desgarrador lamento final. Completa el trio Ismene (Ángela Cremonte), que en un principio decide acatar la ley para vivir y olvidar la tragedia familiar que arrastra, conmovedora componiendo un personaje desolado e incluso desquiciado por una situación que la supera. Entre los componentes masculinos magnifico Cristóbal Suárez como Tiresias evocando el drama que le va a estallar a Creonte en la cara; y sobre todo Raúl Prieto como Hemón. Raúl Prieto esta intenso, hondo, reflexivo, y definitivamente espléndido en el momento final junto a Carmen Machi. 
Toda una experiencia, un montaje enorme con unos actores fantásticos, que deleite para los sentidos. Grande siempre Kamikaze.