Noviembre Teatro de la mano de Eduardo vasco, que se pone al frente de la dirección de El mercader de Venecia, en versión de Yolanda Pallín, nos acercan a la obra de William Shakespeare de una forma contemporánea. La puesta en escena es exquisita, con un escenario practicamente vacío (apenas una pasarela que se va moviendo en las distintas escenas), pero con un ambiente envolvente donde la música de piano en directo acompaña perfectamente un texto que se impone como el autentico protagonista. El vestuario de Lorenzo Caprile es hermoso y lucido.
No falta la amistad desinteresada, el amor, el rencor, el odio y la venganza y por supuesto el antisemitismo, mostrando a los judíos como viles frente a los cristianos como nobles y de gran corazón, pero realmente ¿son tan diferente?, no parece que tanto a juzgar por las palabras de Shylock "Él me había avergonzado y perjudicado en medio millón, se rió de mis pérdidas y burlado de mis ganancias. Despreció a mi nación, desbarató mis negocios, enfrió a mis amigos y calentó a mis enemigos y cual es su motivo "soy un judío". ¿Es que un judío no tiene ojos? ¿Es que un judío no tiene manos, órganos, proporciones, sentidos, afectos, pasiones? ¿Es que no se alimenta de la misma comida, herido de las mismas armas, sujeto a las mismas enfermedades, curado de los mismos medios, calentado y enfriado por el mismo verano y por el mismo invierno que un cristiano? Si nos pincháis, ¿no sangramos? Si nos hacéis cosquillas, ¿no nos reímos?, Si nos envenenáis, ¿no nos morimos? Y si nos ultrajáis, ¿no nos vengaremos?. Si nos parecemos en todo lo demás, nos pareceremos también en eso. Si un judío insulta a un cristiano, ¿cuál será la humildad de este?. La venganza. Si un cristiano ultraja a un judío, ¿qué nombre deberá llevar la paciencia del judío, si quiere seguir el ejemplo del cristiano?. Pues venganza. La villanía que me ensenáis la pondré en práctica, y malo será que yo no sobrepase la instrucción que me habéis dado".
En escena, diez actores que se multiplican y ponen alma a este comedia romántica que encierra mucho drama, y donde el dinero es el eje que acaba moviéndolo todo. Eduardo Vasco consigue que se sucedan los momentos mas trágicos con otros mas cómicos sin apenas pausa con un continuo movimiento de los actores en escena, con juegos de mascaras al mas puro estilo de la comedia del arte, con momentos impagables como el de la góndola recorriendo los canales venecianos.
El elenco esta fantástico, lleno de energía del primero al último, Lorena López (Nerissa) y Isabel Rodes (Porcia) jugando a la confusión, Francisco Rojas (Antonio) tan elegante y siempre imponente con esa voz portentosa, Cristina Ardua (Yessica) fuerte y delicada a un tiempo, impecables Héctor Carballo (Lorenzo), Fernando Sendino (Graciano), Toni Agustí (Basanio), Rafael Ortiz (Lanzarote) y Jorge Bedoya (Salerio), pero sin duda el que se alza con el protagonismo, como no podía ser de otra forma es Arturo Querejeta (Shylock) que compone un personaje complejo y sereno, esta inmenso.
Como siempre un lujo disfrutar del buen hacer de Noviembre Teatro.