Partiendo de El Alma Buena de Sezuan de Bertolt Brecht, un grupo de amigos indaga en las contracciones que esconde la sociedad contemporánea y pone a prueba palabras como "ayuda", "solidaridad", "empatía" o "cambio": palabras que, en muchos casos, han perdido su significado y son usadas en función de intereses políticos y comerciales. ¿Acaso pisotear al prójimo no cansa nunca?. De la mano de las compañías Armadillo y La Casa en el Árbol y dentro del ciclo "creación en grupo" de Frinje15 asistimos a un espacio de reflexión donde cada uno tendrá que tomar conciencia de sus propias actitudes ante la desigualdad y la pobreza global.
Los artífices de esta propuesta son Carlos Rod y Óscar G. Villegas junto a los actores Jesús Barranco, Vicente Colomar, Beatriz Grimaldos y Raúl Marcos.
Nada mas entrar a la sala taller de Matadero Madrid, el planteamiento empieza a impactarnos con la propuesta de ubicación del publico en función, de su sexo, sus ingresos, su patrimonio e incluso de las buenas o malas acciones que uno haya cometido de forma mas o menos consciente. A partir de aquí un incesante bombardeo con noticias, estadísticas e incluso imágenes que nos enfrentan a situaciones con las que convivimos diariamente y a la que quizás no prestemos la atención que deberíamos. No falta tampoco un catalogo de actitudes, mas o menos solidarias pero casi siempre de carácter individual. Pero frente a estos problemas de magnitud global ¿caben soluciones individuales?, ¿sirven de algo nuestros pequeños gestos?, ¿que significan nuestra pequeñas actitudes solidarias?, ¿porque las hacemos? o ¿como organizarnos para intentar dar soluciones también globales?. Al final un pequeño debate, pero sobre todo muchas preguntas que cada uno tendremos que respondernos a nosotros mismo, y muchas cosas por hacer.
En definitiva una obra con tintes políticos para agitar nuestra conciencia, un espejo en el que mirarnos, que reflexiona sobre algunos conceptos muy manidos de nuestra realidad contemporánea como ayuda, solidaridad... dejando muchas preguntas en el aire a las que solo podremos contestar tomando conciencia social.
Se agradece, que en el festival Frinje15, tenga cabida este tipo de propuestas.