
El argumento es sencillo y devastador, en la pantalla podemos leer: en una hora "un conejo cruzará las vías y será atropellado, parte de sus intestinos entrará en contacto con el motor eléctrico del tren, esto provocará un cortocircuito y finalmente, el tren descarrilará", mientras vemos tres desconocidos que van en ese tren, ajenos a lo que sucederá después, es la crónica de una muerte anunciada, para nosotros no hay sorpresas.
En escena no hay, ni pasado, ni futuro, solo presente, un presente donde hay conversaciones y deseos, intentos de conocer otros lugares, de entenderse con otras personas o sencillamente de permanecer aislado. Se suceden una serie de actos vanales, pero para nosotros todo toma un significado especial, todo adquiere un aire transcendental porque sabemos lo que les sucederá, y nos encantaría poder decirles algo, avisarles de que aprovechen el tiempo, no se, ayudarles de alguna manera.
No podemos evitar sentirnos parte del espectáculo, porque ¿sabemos alguno de nosotros cuando cogeremos ese tren?, o ¿que haríamos si supiéramos que vamos en él?.
Los creadores y actores son Mònica Almirall, Alberto Pérez Hidalgo y Miquel Segovia que desde la mas absoluta sencillez consiguen crear un espectáculo hipnótico y profundo que no solo te atrapa desde el primer momento sino que te remueve por dentro.
Una deliciosa experiencia de teatro en estado puro.