Dionisio Ridruejo es para mi un personaje desconocido del que nunca había oído hablar, quizá por que en el colegio nunca nos enseñaron nada del periodo franquista, básicamente se limitaban a decirnos que en 1936 hubo una Guerra Civil y que durante 40 años gobernó un señor llamado Francisco Franco, pero siempre sin entrar en muchos detalles, por que el curso se terminaba y había que acabar el temario, eran los tiempos de la EGB. Así que antes de ver la obra busque algo de información del personaje, y es cuando me entere de que había sido un poeta metido a político español, que participo como falangista en el bando de Franco, que durante la Guerra Civil fue Director General de Propaganda, y que aporto dos versos al Cara el Sol, el himno falangista ("Volverán banderas victoriosas / al paso alegre de la paz"), que se alisto en la División Azul y lucho con los alemanes en el frente ruso, y que a su regreso fue cuando decepcionado por la utilización que Franco había hecho de la Falange (parece ser que consideraba que Franco se oponía a las corrientes mas conservadoras) y por su actitud revanchista se fue alejando del régimen franquista, sufrió por ello pena de cárcel (unos meses) e incluso destierro (cinco años). Funda la Unión Social Demócrata Española, pasando de critico a opositor activo al Régimen.
Después de saber todo esto me dirigí al teatro Valle-Inclán a disfrutar de "Dionisio Ridruejo, una pasión española" texto que Ignacio Amestoy escribió tras el 23-F y que hasta ahora no se había representado. Con una fantástica escenografía del propio Juan Carlos Pérez de la Fuente, que también se encarga de la dirección, y una iluminación y una ambientación sonora impecable, la obra, que nos acerca a muchos de los escritos del propio Ridruejo, se desarrolla los días 28 y 29 (día en que fallece Dionisio Ridruejo) de junio de 1975. Como escenario el gimnasio de un centro de rahabilitación militar donde se reunen cuatro militares, el general Castillo depositario del ideario franquista, el comandante Castro militar que se limita a obedecer ciegamente, el comandante Arenas que se encuentra lleno de inquietudes que no sabe como canalizar, el capitán Alonso un joven rebelde con aires progresistas que cree que las cosas tienen que cambiar y una enfermera encargada de velar por todos ellos. El comandante Arenas, que sirvió en el frente ruso con Ridruejo, se mete por momentos en la piel de su amigo seguido por el general que se mete en el del generalísimo en una especie de ritual delirante de exaltación de los valores patrios, enfrentados a la realidad de nuevo cuando son interpelados por el joven capitán.
En cuanto al elenco, sobresalientes del primero al último, me encanta Nerea Moreno, la enfermera, maravillosamente caracterizada como la perfecta Dama de la Sección Femenina, se mueve como pez en el agua entre lo real y lo simbólico. Jesús Hierónides (el comandante Castro), pone un toque de humor con su personaje siempre servil y obediente. Daniel Muriel (el capitán Alonso) muy correcto representando la parte cuerda del grupo. Paco Lahoz (el general Castillo), el general en el que por momentos se reencarna Franco, esta fantástico, hay momentos en que produce autentico escalofrío escucharle. Y por último Ernesto Arias (el comandante Arias), esta impresionante, saltando en sus delirios del comandante Arias, una persona atormentada y sin deseos de vivir, al personaje de Dionisio Ridruejo donde se crece especialmente en los discursos, me encanta este actor, siempre consigue emocionarme.
Resulta muy interesante acercarse estos días a la sala Francisco Nieva para poder disfrutar de esta obra que pretende acercarnos a un trozo de nuestra historia reciente, casi siempre sumida en las sombras.