La compañía Noviembre Teatro nos acerca esta versión de "Otelo" de William Shakespeare que firma Yolanda Pallín y que dirige Eduardo Vasco, yo tuve la ocasión de disfrutarla en el teatro Mira de Pozuelo de Alarcón, pero que a partir del 30 de julio se podrá disfrutar en el teatro Bellas Artes de Madrid.
Yolanda Pallín reduce la obra a poco menos de dos horas pero sin perder un ápice de pasión, pasión que nos llega a través tanto de la palabra como de los gestos de los protagonistas. Por supuesto los celos son el principal tema de Otelo, pero la obra también trata del racismo, la xenofobia y la ambición. Shakespeare nos habla de una sociedad que desgraciadamente no dista tanto de la nuestra donde hay trepas, maltratadores, oportunistas y racistas, y donde la envidia y la manipulación campan a sus anchas.
La escenografía practicamente ausente de Carolina González, (apenas dos bancos y un gran panel al fondo), la sobria iluminación de Miguel Ángel Camacho, la música de piano que suena en directo de la mano de Ángel Galán y el exquisito vestuario de Lorenzo Caprile contribuyen a crear el ambiente perfecto en el que se desarrolla la tragedia. La fantástica dirección de Eduardo Vasco hace que la obra fluya de forma dinámica al tiempo que la tensión dramática va creciendo.
Como guinda un elenco en estado de gracia que hace suyos los personajes, donde sin duda destacan Daniel Albadalejo y Arturo Querejeta, el primero dando vida a Otelo, soberbio en ese cambio de registro entre hombre enamorado, confiado e inocente al principio a ese otro desconfiado, atormentado y celoso del final, impresionante sin duda el final en el que parece haber perdido la razón cuando comprende la barbaridad que ha cometido y el segundo que da vida a Yago, construyendo un personaje rencoroso, envidioso y egoísta, borda su personaje, resulta completamente hipnótico cuando practicamente rompiendo la cuarta pared se dirige directamente al patio de butacas para hacernos participes en primera persona de sus perversos planes para manipular a todo el mundo en su propio beneficio. Sin olvidar por supuesto al resto del elenco donde nadie desmerece en absoluto Fernando Sendino, José Ramón Iglesias y Paco Rojas siempre impecables y con tanto talento, Cristina Adua y Héctor Carballo con su buen hacer y tanto futuro por delante e Isabel Rodes con tanta fuerza y siempre tan elegante en sus interpretaciones.
Un clásico con mayúsculas para disfrutar de principio a fin, siempre merece la pena dejarse seducir por el teatro, pero especialmente cuando esta tan bien hecho.