Las hermanas Prózorov, Masha, Olga e Irina, viven con su hermano Andréi, en una casa rural de la Rusia profunda. Un año después de la muerte del padre, finaliza el duelo, y la familia confía en el comienzo de una nueva vida en Moscú, donde transcurrió su infancia. Están hastiadas de su situación actual: Olga, soltera que ve transcurrir los años sin encontrar a nadie con quien contraer matrimonio; Masha, esposa de un antiguo maestro al que percibe como un mediocre; e Irina, la mas joven que aún cree en el futuro. En la aldea hay un regimiento que parece animar un poco el animo de las hermanas, que en el caso de Masha e Irina son cortejadas por alguno de los militares. Pero cuando el destacamento abandona el pueblo todo termina de precipitarse en sus vidas.
Con esta maravillosa historia de Anton Chéjov José Sanchis Sinisterra escribe Éramos tres hermanas, "variaciones sobre Chéjov" que Carles Alfaro dirige con maestría y que acoge estos días el teatro La Abadía.
La puesta en escena hace que todo tenga un aire de irrealidad, el publico se sitúa a ambos lados, sobre el escenario un piano de cola cubierto por un montón de pajaritas de papel y varias sillas, una tenue iluminación, una malla negra que lo envuelve todo, un vestuario y un maquillaje excesivos y tres hermanas, solas, que parecen atrapadas en esta especie de cajita de música, como si fueran sus propios fantasmas volviendo una y otra vez sobre sus vidas. Ellas tres representan todos los personajes de la obra de Chéjov, tanto a los que amaron como a los que odiaron, pero en definitiva todos los que las mantuvieron atrapadas sin poder alcanzar su eterno sueño de llegar a Moscú.
Las encargadas de dar vida a las tres hermanas son Julieta Serrano (Olga), Mariana Cordero (Masha) y Mamen García (Irina), las tres están soberbias, paseando sus nostalgias y esperanzas por el escenario como tres sonámbulas, todo en ellas es realmente emocionantes, sus miradas, sus palabras e incluso sus silencios, una autentica delicia.
Un maravilloso paseo por el siempre nostálgico y decadente universo de Chéjov, una joya escénica que no debe dejarse escapar. "Pasará el tiempo y nos iremos para siempre. Se olvidarán de nosotras, olvidarán nuestros rostros, nuestras voces y cuantas éramos....Éramos tres hermanas"