Continuando con la gira llegó al Centro Cultural Francisco Tomás y Valiente de Fuenlabrada "Las Palabras, una historia de amor" obra escrita y dirigida por Pablo Messiez. Se trata de una obra divertida y con mensaje. Las palabras nos cuenta como un pueblo aquejado por una epidemia de peste descubre que la enfermedad parece remitir cuando los afectados hablan en verso. En paralelo asistimos al devenir amoroso del medico del pueblo. Messiez utiliza la palabra como terapia, la gente se ve obligada a pensar antes de hablar para poder encontrar la rima, y así el tiempo parece ir mas despacio, y las palabras te acarician, te curan, te envuelven, al tiempo que te advierten sobre las palabras irresponsables que pueden tener consecuencias terribles.
En un escenario practicamente vacío donde solo tenemos los asientos traseros de un coche y un par de sillas se crea un espectáculo poético, lleno de melancolía, donde hay momentos realmente bellos, aunque inquietantes, como cuando todo se llena de las cenizas de los muertos, que vemos caer como si de nieve se tratara.
En cuanto a los actores estupendo Javivi Gil Valle, que tiene que elegir entre comportarse como un burócrata o dejarse llevar por el lenguaje del amor y que cuando lo descubre acaba tan atormentado porque ese amor parece escaparsele entre los dedos. Impresionante como siempre Fernanda Orazi, especialmente en el papel de la joven artista, tan llena de energía y de dudas. Y fantásticas Marianela Pensado y Estefanía de los Santos que actúan a modo de coro griego y Alicia Câlot que parece tener una especie de clarividencia y de desesperanza ante la epidemia.
Merece la pena sumergirse en esta sinfonía tragicomica, en esta historia de amor, que se mueve entre el humor y la ternura.
Mención a parte merece el patio de butacas donde se desarrolló un espectáculo en paralelo al de el escenario, al margen de algún que otro móvil, que invariablemente y por desgracia casi siempre hay que soportar en casi todos los teatros, incluidos los que están en silencio y se oyen vibrar, persistía un murmullo general bastante continuo. Además y por si fuera poco detrás tenía a tres señoras que cargadas de una bolsa de ositos de goma se pasaron casi toda la representación comentando en voz alta cada cosa que sucedía en escena, como si estuvieran en el salón de su casa tomándose un café, afortunadamente nos dieron un poco de tregua cuando la que lideraba el "teatro-forum" cayó en los brazos de Morfeo un rato. Delante otra señora no dejo de mandar whatsapp y encima se ofendió mucho cuando alguien la dijo que estaba molestando (no entiendo porque la gente no comprende que las pantallas de los smartphone molestan tanto como los móviles sonando), una autentica lastima que la gente demuestre tan poco respeto por el resto del publico y especialmente por los actores.