domingo, 2 de diciembre de 2012

DOÑA PERFECTA
Ernesto Caballero sube a escena Doña Perfecta una obra de Benito Pérez Galdós, en la que el escritor nos cuenta como en la imaginaria ciudad de Orbajosa (metáfora de la España de su tiempo), la mentalidad arcaica dominada por las supersticiones y la religión, anclada en el pasado, intenta acabar con el pensamiento liberal que trata de sacarla de ese atraso. El liberalismo esta representado por un joven ingeniero, Pepe Rey (con valores ilustrados pero de mente abierta), que acude a Orbajosa para casarse con su prima Rosarito hija de Doña Perfecta que encarna la tradición, y con la que acaba chocando inexorablemente. 
Me parece muy interesante, especialmente en la actual situación económica que nos rodea, (donde no olvidemos que se recorta en  I+D pero no se recorta la aportación ni un céntimo a la Iglesia Católica), abordar la puesta en escena de esta obra, y sobre todo el juego de vestuario, que hace que empecemos la acción en un momento que podría ser el presente, y en tres cambios de vestuario estemos en la época de Galdós, ya que de forma sutil pero muy efectiva nos demos cuenta de que en el fondo seguimos viviendo en esa España profunda, que no conseguimos sacudirnos de encima, y que no nos deja nunca modernizarnos realmente. También me ha gustado mucho la transición entre unas escenas y otras, tanto la aparición de los elementos de la escenografía deslizándose por una cinta transportadora como la música que los acompaña y especialmente la narración que nos van haciendo las Troyas (una delicia las interpretaciones de Miranda Gas, Vanessa Vega y Diana Bernedo, con ese tono entre trágico y un poco irreal) sobre lo que pasa y lo que se avecina y que va haciendo crecer el ambiente de tragedia que nos anuncia el desenlace final.
Las Troyas
En cuanto a los actores, madre mía cuanto talento se concentra en ese escenario, impresionantes del primero al último. Destacan especialmente José Luis Alcobendas (Don Cayetano) maravilloso actor capaz de meterse igual en la piel de Drácula o en la de un perro y ser igual de creíble, Alberto Jiménez que le da el tono perfecto a Don Inocencio un cura anclado en la mas rancia tradición, y por supuesto Lola Casamayor, como Doña Perfecta, una actriz con mayúsculas que esta inmensa, y Israel Elejalde como Pepe Rey, contrapunto perfecto y como siempre impecable.
Se trata de una gran obra, maravillosamente interpretada y con una puesta en escena impecable que merece la pena ver, sin duda sera una de las obras de la temporada.
Por cierto una pena lo de las publicaciones del CDN con las fotos en blanco y negro, se echan de menos los cuadernos del año pasado.