domingo, 7 de abril de 2013

EL HIJO DEL ACORDEONISTA
Se trata de la adaptación de la novela del mismo nombre de Bernardo Atxaga. La historia nos acerca a la vida de dos amigos, David y Joseba, que se ven atraídos por la lucha antifranquista, cada uno por motivos diferentes, y acaban militando en ETA. Tras un breve periodo de lucha clandestina llega el exilio en Francia y la cárcel, el desencanto y la traición. David considerado tras salir de la cárcel un traidor se ve obligado a emigrar a América donde rehace su vida, y tras treinta años cuando esta a punto de morir recibe la visita de su amigo de la infancia, Joseba, que quiere ajustar cuentas del pasado. 
La adaptación de una novela para llevarla a escena siempre resulta difícil, en este caso la historia principal a quedado bien definida, y se entiende perfectamente, pero parece mas una sucesión de escenas o postales, donde sientes que te faltan detalles y personajes, mas que un texto dramático, falta un poco de fluidez que haga de todo un conjunto homogeneo. 
En cuanto a la escenografía resulta original con los acordeones como único elemento escenográfico. Los actores en general están correctos, con algunos altivajos interpretativos, pero en general resuelven de forma solvente. El vestuario y la iluminación completan perfectamente el conjunto. En cuanto a la música, el acordeon también resulta omnipresente, para mi resulta excesivo, porque reconozco que la música de acordeon me satura con mucha facilidad. 
Resulta valiente subir a escena una obra que hable de estos temas,aunque se haga de forma tímida, y se nota que no es fácil, ni para el que lanza la propuesta ni para el que la recibe, pero creo que es conveniente hablar y debatir de las cosas para poder superarlas, por tanto resulta interesante.