sábado, 9 de marzo de 2013

ANTÍGONA
Nico Romero
Rubén Ochandiano y Carlos Dorrego se arriesgan con una versión de Antígona de Jean Anouilh, que llevan a la sala 1 de las Naves del Español en el Matadero. La escenografía muy minimalista con pocos elementos pero bien escogidos, una gran mesa de madera abarrotada, una especie de altar, unos columpios al fondo donde están presentes algunos personajes y un piano, al que no se le da mucha utilidad. El elenco esta muy bien, desde Sergio Mur (Hemón), que tiene un papel breve pero muy bien interpretado, Toni Acosta (Ismene), esta estupenda en ese personaje que se debate entre el deber para con su hermano muerto y su miedo a revelarse contra un poder al que teme. Eleazar Ortíz (Creón, no he comprendido porque le han cambiado el nombre, nosotros siempre le habíamos conocido como Creonte) esta impecable en el papel de rey (es sin duda un actor fantástico), intentando impartir justicia pero sin ninguna sensibilidad, lo que le lleva a dejar un reguero de muerte a su paso, Berta Ojea ( la Nana), tiene un papel pequeño pero impresionante, esta completamente maravillosa y junto a Nico Romero (soldado), que esta inmenso son los dos personajes mejor definidos. Najwa Nimri (Antígona), esta correcta en su papel, aunque creo que le falta un poco de pasión.
Berta Ojea y Najwa Nimri
A nivel interpretativo la obra esta muy bien, el problema viene cundo estas sentado en la butaca y intentas disfrutar del conjunto, miro actor por actor y todos me han gustado, todos han entrado perfectamente en sus papeles, sin embargo, para mi la adaptación del texto no ha sido muy afortunada, se gira en circulo eternamente sobre los mismos conceptos, y hay momentos en que te dan ganas de pedirles por favor que vayan al grano, además que creo que no es necesario rematar con un esto es España, da la sensación de que directamente ya dudan de que quede claro el mensaje que estan lanzando al publico. Una pena porque el elenco era muy bueno y la obra es fantástica y sale uno con mal sabor de boca del teatro, con la sensación del quiero y no puedo. 
Najwa Nimri y Toni Acosta