En palabras del director Daniel Pérez, "entre el siglo XVII y el XXI hay, a primera vista, mucha diferencia, sin embargo, leyendo a Quevedo, estudiando el comportamiento de la administración del Estado, de las ambiciones y anhelos de los españoles, se encuentran tantas similitudes que nos parece mentira". Daniel Pérez que también se encarga de la versión, utiliza un castellano antiguo pero adaptado a los tiempos actuales para acercarnos a la historia de Don Pablos, el Buscón que interpreta magistralmente Jacobo Dicenta, acompañado en escena por Dulcinea Juárez que se encarga de la "banda sonora" tocando el Laúd Renacentista y la Guitarra Barroca, con un maravilloso vestuario clásico, y sin ningún elemento escenográfico mas, tan solo el maravilloso Corral de Comedias de Almagro, que sin duda no es poca cosa, y con una ambientación sonora absolutamente impecable.
La historia de el Buscón, hijo de Clemente Pablo un barbero ladrón y de Aldonza de San Pedro conocida por sus artes de bruja y alcahueta, es la de un pícaro, un autentico superviviente, con mas hambre que vergüenza, que se pasa la vida intentando salir de su pobreza, y que acaba molido a palos.
Jacobo Dicenta se mete en el personaje de el Buscón, que le sienta como un guante y nos va contando toda una vida de penalidades, y lo hace con tanta gracia que consigue no solo que nos riamos con las anécdotas mas experpenticas que riegan su vida, si no que además nos emocionemos y nos remueva por dentro, su interpretación es absolutamente magistral.
