domingo, 27 de abril de 2014

UN HOMBRE CON GAFAS DE PASTA
Llega a La Pensión de las Pulgas "un hombre con gafas de pasta" una obra escrita y dirigida por Jordi Casanovas. 
Laia (Olga Rodríguez) y Óscar (Markos Marín) se auto invitan a cenar en casa de su amiga Aina (Inge Martín) para consolarla después de ser testigos de su ruptura. Para animarla, invitan también a la cena a un amigo suyo, Marcos (José Luis Alcobendas), un poeta muy intelectual que les tiene fascinados con su palabrería. Aunque todo empieza como una agradable velada entre amigos, pronto Marcos, el hombre con gafas de pasta, un hombre amable y educado, empezara a comportarse de forma extraña y a mostrar su verdadero rostro. 
Desde el primer momento la obra te atrapa, el entorno sin duda resulta ideal, y la acción se desarrolla de forma ágil, avanzando sin revelar nunca demasiada información de golpe, manteniendo la tensión a medida que somos testigos de unos acontecimientos en principio desconcertantes. La diversión y el misterio van de la mano y hacen de esta, una propuesta muy interesante, de la que es mejor no desvelar nada mas para que cada uno lo disfrute en primera persona toda la intriga. 
Todo resulta mas creíble gracias a las solventes interpretaciones que nos regalan los cuatro protagonistas, Inge Martín, la anfitriona, crea un personaje en apariencia frágil y sensible pero que acaba siendo la mas fuerte de todos, José Luis Alcobendas (su interpretación resulta fascinante), el invitado sorpresa, nos regala un personaje frío y bastante ególatra, por momentos muy divertido aunque con un toque muy inquietante, Markos Marín, es Óscar, un hombre con poca personalidad que vive fascinado con su nuevo amigo y por último Olga Rodríguez, Laia, la amiga de Aina que esta esperando un hijo de Óscar, es una mujer llena de energía, simpática y muy positiva, aunque un poco entrometida. Los cuatro están que se salen. 
Una propuesta muy interesante para disfrutar de un buen texto, unos buenos interpretes y sin duda de una buena dosis de suspense muy bien resuelta, merece la pena darse una vuelta por el barrio de las letras y entrar en la Pensión de las Pulgas a dejarse seducir.