jueves, 24 de octubre de 2013

EL CABALLERO DE OLMEDO
Javier Veiga y Marta Hazas
Obra de Lope de Vega escrita en 1620, que se basa en un hecho real muy popular que acabo convirtiéndose en leyenda, y que ahora se representa en el teatro Fernán Gómez después de pasar por varios festivales de verano. Eduardo Galán firma la adaptación del texto centrándose en la trama amorosa, cosa que ya de entrada deja un poco coja la obra. 
La escenografía es sencilla un gran telón en el fondo y unos escalones por los que transitan los actores, unas lanzas y varias cabezas de toro que los actores se ponen cuando no están interviniendo en la escena. La iluminación resulta excesiva, supongo que abusan del color rojo para que seamos conscientes del drama que se avecina, pero acaba resultando agoviante, en cuanto a la música, tampoco han conseguido acertar, resulta en muchos momentos desagradable. 
La puesta en escena tampoco esta muy lograda, resulta un poco excesivo tener a todos los actores moviéndose continuamente por el escenario cambiando las lanzas de sitio, o haciendo alguna especie de danza que no se sabe muy bien a que viene o repitiendo hasta la saciedad "que de noche le mataron al caballero / la gala de Medina, la flor de Olmedo". 
En cuanto al verso tiene luces y sombras, muchas mas sombras que luces, se recita en muchas ocasiones de forma acelerada, y en otras casi sin respirar, sin darle las pausas y el ritmo que necesita. 
Enrique Arce (Tello)
De los actores para mi el mejor es Enrique Arce (Tello), bien en el verso y muy bien en su papel del gracioso, Javier Veiga (Don Alonso) también se salva, aunque en algunos momentos se acelera con el texto, correcta también Encarna Gómez (Fabia), José Manuel Seda (Don Rodrigo) y Alejandro Navamuel (Don Fernando) bastante justitos. Marta Hazas (Doña Inés) y Andrea Soto (Doña Leonor) muy sosas y con el verso cogido muy con alfileres, y Jordi Soler (Don Pedro) para mi totalmente fuera del papel. 
Una pena por que a priori prometía mas de lo que al final ha resultado, claro que tampoco en el patio de butacas el ambiente fue muy bueno, ya sin contar los numerosos móviles que sonaron (menos mal que siempre recuerdan que hay que apagarlos), una pena que la gente no sea capaz de asistir a una representación teatral, concienciada de no hacer los comentarios sobre la obra, antes de salir de la sala.