sábado, 22 de febrero de 2014

EL CABALLERO DE OLMEDO
Lluís Pasqual se encarga de subir a escena esta obra de Lope de Vega con un elenco compuesto por once actores, parte provenientes de La Kompanyia, sección joven del Lliure y parte de "la joven", nombre por el que se conoce a la cantera de actores en periodo de aprendizaje de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, todos ellos acompañados por una fantástica actriz veterana, Carmen Machi, en el papel de Fabia y que actúa un poco de maestra de ceremonias. 
El escenario dispuesto como un espacio diáfano, solo con unas sillas dispuestas como en un cuadro flamenco donde esperan su momento los actores que no están participando en escena, y el vestuario de Alejandro Andujar le dan a la obra un aire como de ensayo general, de fondo una gran pantalla donde se proyecta una gran luna llena en la tragedia nocturna y un gran sol en la escena de la corrida. La iluminación impecable, y por supuesto la música fantástica, el flamenco de va como anillo al dedo a la obra y el tango también encaja como un guante en la narración. La versión deja la representación en noventa minutos, se centra fundamentalmente en la historia de amor entre Don Alonso y Doña Inés (personalmente me hubiera gustado una versión menos resumida), pero eso no le hace perder ningún encanto. 
El elenco consigue que la puesta en escena resulte fresca y desenfadada, todos están estupendos, sin que nadie se aparte del tono general, me han gustado especialmente Pol López (Tello) dándole un acento andaluz a su papel de gracioso que le va muy bien y sin duda emocionante en su monologo final, Francisco Ortiz (Don Rodrigo) que le imprime una enorme fuerza a su personaje, Mima Riera (Doña Inés) toda ternura, muy elegante y desgarrada y por supuesto Carmen Machi (Fabia) inmensa y llena de recursos para recrear a la alcahueta, que grande es la Machi. 
Una obra muy poética, muy entretenida y muy bien interpretada, que nos acerca a nuestros clásicos de forma muy amena.