domingo, 1 de noviembre de 2015

EL PAN Y LA SAL, Juicio a la Memoria Histórica
"No hay historia muda. Por mucho que la quemen, por mucho que la rompan, por mucho que la mientan, la historia humana se niega a callarse la boca" Eduardo Galiano.
En el Teatro del Barrio, en el madrileño barrio de Lavapies, durante tres días se ha realizado una lectura dramatizada del texto de Raul Quiros autor de El pan y la sal, juicio a la Memoria Histórica, texto que repasa el juicio al juez Baltasar Garzón en 2012 por tratar de investigar los crímenes del franquismo tras recibir las denuncias de familiares de desaparecidos. Se trata de una lectura dramatizada que recrea los hechos como sucedieron, siguiendo la misma linea que en Ruz-Barcenas, todo lo que se recrea sucedió realmente, lo que se pretende es mostrarlo como si se tratara de un documental escénico. Andrés Lima se encarga de la dirección y un elenco de lujo formado por Nuria Espert, José Sacristán, Pepe Viyuela, Gloria Muñoz, Natalia Díaz, Victor Clavijo, Juan Margallo, Tristán Ulloa, Gonzalo de Castro, Alberto San Juan y el propio Andrés Lima, se encarga de dar voz a los protagonistas de la historia.
Quiros que trabaja en Londres en un teatro militante, con un movimiento argentino que usa el teatro para denunciar la desaparición de niños en Argentina colaborando con las Abuelas de Plaza de Mayo, al mirar la situación de España señaló "comprobé que el único proceso judicial reciente que se ha llevado a cabo en España con la dictadura de fondo es el del juez Garzón, un juicio infame por cuanto eran las víctimas las que tenían que defenderse" "pensé que en España era necesario algo similar". 

 En la obra se recogen, entre otros, el testimonio de tres familiares de desaparecidos que testificaron en el juicio y que al terminar la representación contaron su experiencia y en que punto se encuentra su búsqueda. Emilio Silva Barrera, nieto de un desaparecido que estuvo 64 años en una cuneta de Prianza del Bierzo, el primer desaparecido del franquismo identificado con ADN y que fundó la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica. María del Pino Sosa Sosa, hija de un de un desaparecido, presidenta de la Asociación de Memoria Histórica de Arucas, Canarias y que en el juicio declaró "cuando se llevaron a mi padre se llevaron el pan y la sal, mi madre estaba enferma, lo buscaba y nunca lo encontró". Josefina Musalén, miembro de la Asociación de la Memoria Histórica de Aragón y nieta de un miembro de la CNT, cuando un falangista fue a buscarlo estaba también su abuela embarazada y se los llevaron a los dos, después descubrieron que su abuela había tenido una niña sana a la que también buscan. Por último también asistió Ángel Rodríguez Gallardo, historiador y miembro de la Asociación Memoria Histórica do 36, de Ponteareas, que habló de "suspensión de la memoria" entre 1977 y 2016, es decir la de Ley de Amnistía del 77 y la Transición favorecen el olvido, el 23-F lo instala y se consolida desde 1982 hasta el siglo XXI con el nacimiento de las asociaciones de memoria y la aprobación de la Ley de Memoria Histórica -ley que hoy está sin dotación presupuestaria y, por tanto muerta-. Ángel Rodríguez declaró que con sus investigaciones descubrió que "hubo un plan sistemico para eliminar a los altos cargos de la República". Si es así, hay que hablar de genocidio, delito que no prescribe.
Lo que parece evidente es que tantos años después de terminar la dictadura franquista es vergonzoso que en ningún momento se haya establecido una comisión para que las víctimas tengan acceso a la Verdad, Reparación y Justicia a la que tienen derecho, como ya instó al Gobierno el grupo de Naciones Unidas sobre desapariciones forzadas, ni se hayan hecho publicos los archivos para que los historiadores puedan investigar el verdadero alcance de lo que sucedió. Algo debería hacerse, aunque solo sea para dejar de ostentar el dudoso honor de ser, con mas de 114.000 desaparecidos y mas de 2000 fosas comunes, el segundo país del mundo, solo superado por Camboya y el terrible régimen de los Jemeres Rojos, con mayor numero de víctimas de desapariciones forzadas cuyos restos no han sido recuperados ni identificados. (interesante articulo de Amnistia Internacional El acceso a verdad, justicia y reparación para las víctinas de la Guerra Civil y el franquismo sigue siendo una carrera de obstaculos)
Si queremos que realmente se cierren las heridas que tantas personas llevan abiertas desde hace tanto tiempo tendremos que por fin pararnos y hacer Memoria, indispensable para poder hacer Justicia, porque como dijo el filosofo, ensayista y poeta George Santayana "Aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo".