miércoles, 18 de noviembre de 2015

PAPÁ ES PETER PAN Y LO TENGO QUE MATAR
César se despierta una mañana y comprueba que una prostituta, a la que él mismo tuvo la insensatez de meter en su casa, le ha desvalijado, llevándose todos los objetos que le definían como ser humano. El robo actúa como detonante de una serie de conversaciones en las que César ve redefinidas sus relaciones con su mujer, su amante y su hija adolescente. César es un triunfador, adicto a sí mismo, convencido de que su éxito social le aleja del fracaso que padeció su padre -un pobre desgraciado que condujo un taxi toda la vida- y que cifra las expectativas de su vida en lo que ha podido comprar con dinero. César es un infeliz que no se ha enterado de nada de lo que es importante en la vida. Un hombre que presume de filósofo urbano y que, en el fondo, no es más que un infeliz que no logra quererse a si mismo. 
En el teatro Lara se puede disfrutar de este montaje sencillo donde un actor solo en escena busca el humor a través del texto. La obra es de Ramón Paso (autor también de La ramera de Babilonia). 
Eloy Arenas es el actor que da vida a César, nos cuenta sus gracias y sus desgracias con las mujeres, además de compartir sus inquietudes y sus reflexiones sobre lo que merece y no merece la pena en la vida y sobre todo por lo que merece la pena luchar. 
Fantástico el trabajo interpretativo de Eloy Arenas, un Peter Pan insensato, cínico e inmaduro, que consigue mantener el interés del publico a lo largo de esta reflexión-confesión que nos regala. Entretenida comedia ideal para pasar un buen rato de teatro.